En estos días me preguntaron que a quien estaba dirigido este blog. En realidad a nadie en especial, es más como para mí. Así que ya saben, el lector ocasional que se tope con este blog, si le gusta... pues bacano.
Con las múltiples ocupaciones y con mi actitud procastinadora, en realidad no ha quedado mucho tiempo para leer novelas, solamente se pueden leer textos académicos y de vez en cuándo una novela o cuento, o lo que sea. Sin embargo, aprovechando las vacaciones me pude leer el libro del que les hablo a continuación: Caín.
Este libro me lo prestó una amiga y aún no se lo devuelvo, a pesar de haberlo leído en 2 días... pronto lo entrego con el mensaje.
Caín (2009) es el segundo libro de Saramago en donde aborda el tema religioso, el primero es El Evangelio Según Jesucristo (muy recomendado). De Saramago, pues les tengo que decir que es uno de mis autores favoritos, lo conocí por allá en el año 1999 cuando a mi papá le prestaron "Ensayo sobre la ceguera", me lo leí y me pareció una cosa demasiado buena, que novela tan tesa. El libro lo compré después, aunque en estos momentos me lo tiene alguien que... bueno, ya perdí libro.
Caín es una historia que busca reivindicar al muchacho este; todos conocemos la historia: Caín mató a su hermano Abel. El asunto es bien interesante porque, a pesar de que no estoy de acuerdo con matar a nadie, se muestra la motivación del crimen como una total injusticia de Dios, es esto lo que prima en todo el libro, una lucha entre Caín y Dios.
Ante el descubrimiento del asesinato por parte del creador y su posterior acusación a Caín, éste le critica la injusticia cometida por lo que a Dios no le queda otra que aceptarlo y aceptar parte de la culpa, por lo que no mata a Caín sino que lo condena a vivir errante y fuera de eso le pone una marca en la frente.
El recorrido lo hace en algunas escenas memorables del antiguo testamento, en donde atestigua que Dios es de lo peorsito y que además no sabe muy bien lo que hace... obviamente esta es una visión un tanto fuerte en contra del dios judeo-cristiano, pero eso es lo que propone el libro.
A Saramago le criticaron mucho no haber interpretado esos pasajes de la biblia que menciona, pero frente a esto respondió que uno de los problemas es que siempre se deja a un lado la literalidad y que a veces el exceso de interpretación lleva a malas lecturas de algo. Me parece una postura sensata, la literalidad no se puede dejar de lado. Obviamente no es dejar a un lado la interpretación, pero tampoco abusar de ella (ojo psicoanalistas).
El libro es una buena muestra de una crítica ingeniosa y sarcástica a los hechos del antiguo testamento, una colección de libros que contienen en estos momentos más un componente histórico que de aprendizaje espiritual; es así como el final impresionará y fascinará al lector que le coja cariño a Caín y en últimas solamente quedaremos tranquilos por ese extraordinario jaque que le pone a Dios.